Recupera tu voz y tu vida con estos ejercicios


¿Sientes que tu voz se volvió inaudible? ¿Te parece que el guion de tu vida lo escribieron otros por ti? ¿No recuerdas en dónde quedaste cuando te cruzaste con esa persona abusiva? Estas sensaciones son comunes cuando nos hacemos conscientes del abuso que sufrimos. Este abuso fue adrede, su objetivo era moldearte, erosionarte y silenciarte. En el trabajo pasaste a ser un paria luego del acoso y la difamación; tu padre o madre psicópata te inventó una realidad paralela introduciéndote palabras y creencias que eligió para ti sobre ti; tu pareja boicoteó cada cosa que quisiste hacer hasta que perdiste la confianza en tus capacidades. Es fundamental, entonces, recuperar tu voz y reescribir tu vida a tu gusto, tienes la soberanía absoluta sobre ella. 

En su libro “Trauma y recuperación” Judith Herman psicóloga que trata a víctimas de abuso sexual, violencia intrafamiliar y maltrato psicopático, brinda muchas herramientas para superar situaciones traumáticas. De todas esas herramientas queremos enfocarnos hoy en la recuperación de nuestra voz y la narración de nuestra vida. Suponemos que tú ya tienes alguna especie de diario en la que escribes lo que vas sintiendo espontáneamente, es decir, sin censurarte, aunque sea rabia o vergüenza, esas emociones necesitan liberarse en tus escritos (o ilustraciones), este tipo de diario es muy liberador. Asimismo, ya te hemos mencionado lo útil que es hacer una lista con los peores momentos de la relación y todas las características abusivas de esa persona para cuando te encuentres con disonancia cognitiva – recuerda que la disonancia cognitiva va y viene, es común que tengas rebrotes aún después de algunos años. Pero lo que hoy te queremos recomendar es que lleves un cuaderno o libreta tratando de rastrear qué querías hacer cuando conociste a esa persona, cuáles eran tus proyectos, cómo te sentías, qué comías, qué actividades hacías, con quiénes te relacionabas, en otras palabras, quién eras. Si estuviste en una relación romántica es probable que todo eso haya quedado en el olvido mientras tratabas de adaptarte a las crecientes demandas de esa persona abusiva. Esto no quiere decir que estas cosas que hacías o querías necesariamente te sigan atrayendo, pero tienes que rescatarlas para encontrar el camino interrumpido; luego tú verás si quieres seguir por allí o quieres tomar un nuevo rumbo. Lo importante es encontrar ese punto en el que te extraviaste -porque lo que un/a psicópata o narcisista trata de lograr es que te pierdas, - para volver a andar. Lo mismo aplica para casos de acoso laborar. En este caso, es probable que, fruto del dolor que experimentaste en esa empresa, ya no sepas qué querías hacer con tu carrera, la lucha por defenderte de tanta agresión te desgastó, es probable también que hayas perdido tu trabajo. Retomar el hilo de tu carrera y tus estudios te servirá para analizar qué quieres hacer a futuro. 

Suponemos que las hijas e hijos de psicópatas y narcisistas se estarán preguntando: ¿Cómo recupero mi voz y mi narrativa si crecí bajo la voz y la narrativa de mi progenitor/a abusivo/a? Es claro que aquí tenemos que bucear en las profundidades de tu ser para encontrar esa voz sofocada. Los apuntes también te servirán mucho. Comienza por identificar cosas en las que te refugiabas cuando no entendías lo que pasaba en tu familia, cuando sentías humillación, cuando la manipulación era intolerable. ¿Qué hacías en esos momentos? ¿Te refugiabas en un libro o una serie? ¿Cómo eran los personajes? ¿Qué atributos de estos personajes te atraen? ¿Cómo puedes cultivarlos en ti? O tal vez recurrías a un amigo imaginario o a un familiar que te traía paz, hazte las mismas preguntas sobre ellos. Además de esto, explora qué cosas te gustaban y no pudiste hacer porque no te lo permitieron. ¿Querías patinar? ¿Hacer ballet? ¿Jugar al ajedrez? No importa la edad que tengas, hazlo ya. Esto no quiere decir que estas actividades representen tu vocación, pero sí son el hilo del que debes tirar para conocer lo que realmente deseas para tu vida. Por ejemplo, tal vez querías patinar sobre hielo cuando tenías 10 años, pero ahora descubres, luego de practicarlo, que lo que te gusta de la actividad es estar al aire libre y decides comenzar a hacer montañismo. Lo importante es que rescates esos primeros deseos para identificar los siguientes.

Finalmente, la Dra. Judith Herman recomienda hacer este tipo de ejercicios, como también cualquier terapía, sin forzar tus tiempos. Si todavía descubres que la ansiedad que te genera escribir o revisar ciertas cosas de tu vida es superior a la ansiedad moderada que indagar en nuestro interior produce, espera un poco. Sigue tu ritmo. 

Esperamos que pronto nos comentes que ya no quedan resabios de esa persona que te decía qué sentir, qué pensar, cómo actuar. Nos gustaría mucho saber que ya recuperaste la soberanía sobre tu vida.

ShivaShakti 2020


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