Cuando el abuso psicopático y narcisista se prolonga en el tiempo
Ya hemos tratado de las relaciones con psicópatas y
narcisistas de breve duración en la entrada de “abuso express”. Hemos
puntualizado los motivos por qué estas relaciones son más breves, más intensas
e igual de devastadoras que aquellas en las que el abuso se sostiene a lo largo
del tiempo. Hoy queremos analizar lo que pasa en las relaciones con sociópatas
a largo plazo, aquellas que están formalizadas (incluso con hijos que también
sufren el abuso) y que tienen un velo de normalidad ante la sociedad.
Muchos se preguntan qué es lo que sucede para que una
persona no pueda ver el engaño y las mentiras constantes, las infidelidades, el
verdadero destino del dinero común, la manipulación y el maltrato encubierto (o
en ocasiones también físico); qué es lo que tienen estos hombres y mujeres sin
conciencia para que logren convencer a sus parejas de que sus fabulaciones son
ciertas y de que los perdonen una y otra vez. ¿Por qué algunos logran salir de
estas relaciones destructivas en pocos meses o en un par de años y otros tardan
décadas en darse cuenta que vivió una vida de ceguera y de violencia? Hay
múltiples factores que favorecen el abuso prolongado. Lamentablemente, los
psicópatas y narcisistas son los primeros en descubrir estos elementos que
predisponen a la tolerancia del maltrato y a la negación. Cuando detectan a estas
personas las eligen para convertirlas en sus “parejas estables”, aquellas que
les servirán de pantalla para llevar una vida de desbordes y falsedad sin que
nadie lo sospeche. De ninguna manera consideramos que estas circunstancias
personales sean las que “provoquen” la violencia psicológica que ejercen los
sociópatas. Ellos son los que estudian
las debilidades personales para usarlas a su favor. Sería comparable a una
situación el la que alguien sufre de diabetes, le advierte a su pareja que no
debe comer azúcares de ningún tipo y ésta decida suministrarle comidas y
bebidas con hidratos de carbonos escondidos para hacerle daño. De ninguna
manera se debería responsabilizar a la víctima por tener ciertos elementos en
su personalidad o en su historia que atraiga a psicópatas y narcisistas. Pero ¿Cuáles
son esas características que predisponen a no ver el abuso?
·
Haber crecido en una familia violenta o abusiva:
muchas mujeres se quedan con parejas psicópatas porque sostienen que “no les
pega como su padre a su madre” y que por lo tanto su devaluación, su engaño y
sus infidelidades son “males menores”.
·
Haber crecido en una familia con padres
inmaduros: cuando los padres se comportan como niños, sus hijos tienden a madurar
antes de tiempo y se convierten en “cuidadores” de sus padres. Esto lleva a ver
ese estado de codependencia como algo normal. Cuidan a su pareja narcisista o
psicópata con la esperanza de que cambie, la misma esperanza que albergaban
para con su familia de origen.
·
Ser muy jóvenes o menores de edad al momento del
encuentro con el/la sociópata: cuanto menos experiencia tenga la persona en
relaciones ya sean románticas o laborales, le será más sencillo para el
sociópata hacerle creer que toda esa confusión, triangulación y lavado de
cerebro es lo normal, como también manipularla usando las inseguridades
propias de la adolescencia para entrenarla y moldearla a gusto.
·
Aislamiento/factores económicos: si el/la
sociópata es quien gana más o posee propiedades solo a su nombre, es probable
que su pareja no sepa como salir de la relación, y si a esto se suma haber
perdido la red de amigos por las mentiras que su pareja inventó sobre ellos, es
probable que decida aguantar.
·
Hijos en común: La idea de perder la tenencia de
los niños es el fantasma más terrible para hombres y mujeres pero en el caso de
los hombres en relaciones con psicópatas esto es más acentuado. Muchos se quedan soportando todas sus
mentiras y manipulaciones porque saben que en un juicio de divorcio, ellas
mentirán tan bien que no lograrán siquiera verlos.
·
Una educación extremadamente estereotipada: en
aquellos hogares en los que el varón tiene privilegios es normal que se les
enseñe a las hijas mujeres a tolerar el abuso. También en aquellos hogares donde
todavía se considera que la separación es un pecado mortal, la víctima no
querrás divorciarse por miedo al rechazo de su entorno.
El siguiente es un caso real en el que solo se cambiaron los
nombres. Melanie tenía 17 años cuando comenzó a trabajar. Su madre cosía para
afuera y su padre era un obrero alcohólico que en ocasiones (cuando estaba muy
ebrio) se ponía violento con su madre. A Melanie, afortunadamente, nunca la
golpeó y cuando estaba sobrio la mimaba movido por la culpa. Mauro (el
psicópata) tenía 31 años y trabajaba en la empresa donde ella había entrado
haciendo tareas de limpieza y trámites. Él estaba casado, tenía una nena de 4 y
engañaba a su esposa, llamada Clara, con una jefa más grande que él y con otra
colega. A Melanie la sedujo con regalos pequeños que para ella eran
deslumbrantes y con su sexualidad creativa. Melanie no había tenido ningún
novio. En ese país esta “relación” podría haberle costado la cárcel a Mauro ya
que la edad de consentimiento es los 18 años pero Melanie lo guardó en secreto
hasta llegar a la mayoría de edad. La esposa de Mauro, una mujer de unos treinta
años, no solo acababa de descubrir a una de sus amantes sino que se enteró de que
él ganaba mucho más de lo que declaraba a pesar de que a ella le decía que no
tenían lo suficiente para comprar útiles escolares para la niña. No lograba
entender el motivo del comportamiento tan perverso de su marido y a pesar de
todavía añorar las primeras etapas de idealización, le pidió el divorcio. Por
primera vez, todo el encanto de Mauro desapareció. Le jalaba del pelo, la
amenazaba, llegó a retorcerle el brazo. Mucho tiempo después pudo Clara ponerle
nombre a lo que había vivido cuando cayó en sus manos un libro sobre narcisismo
y psicopatía.
Mientras tanto Melanie estaba cada vez más enganchada con él. Realmente creía que su esposa era malvada. Pensaba todo el día en él. Hacía todo por él. Quería compartir cada cosa que le pasaba en el día con él. Cuando salió el divorcio, le contó a su madre de la relación. La mamá puso el grito en el cielo pero él, a pesar de estar con otras personas más experimentadas que Melanie, la trianguló contra su propia madre y Melanie dejo su hogar para ir tras él a su nueva vivienda. Al principio, él la maltrataba para que se fuera porque la sentía como una carga. Con el tiempo, Mauro comprobó que ella era buena atendiéndolo, que se creía todas sus historias y cambió de actitud. Trató de ganarse el cariño de la madre de Melanie y de sus amigos. Hizo una campaña record de atenciones. Si bien algunos tenían sus dudas, respetaron la voluntad de la joven.
Mientras tanto Melanie estaba cada vez más enganchada con él. Realmente creía que su esposa era malvada. Pensaba todo el día en él. Hacía todo por él. Quería compartir cada cosa que le pasaba en el día con él. Cuando salió el divorcio, le contó a su madre de la relación. La mamá puso el grito en el cielo pero él, a pesar de estar con otras personas más experimentadas que Melanie, la trianguló contra su propia madre y Melanie dejo su hogar para ir tras él a su nueva vivienda. Al principio, él la maltrataba para que se fuera porque la sentía como una carga. Con el tiempo, Mauro comprobó que ella era buena atendiéndolo, que se creía todas sus historias y cambió de actitud. Trató de ganarse el cariño de la madre de Melanie y de sus amigos. Hizo una campaña record de atenciones. Si bien algunos tenían sus dudas, respetaron la voluntad de la joven.
Mauro consiguió trabajo en una multinacional y le pidió a
Melanie que dejara de trabajar, no quería que nadie lograra mostrarle que había
otro tipo de realidades y de relaciones. En la nueva empresa, él se movía con
libertad ya que nadie conocía sus antecedentes y además estaba ganando buen
dinero. Comenzó a tener amantes en todos los sectores. Melanie odiaba a la ex
esposa de Mauro. Cuando el dinero no alcanzaba a pesar de su jugoso sueldo
(hoteles, regalos, etc) él le aseguraba que era su ex esposa quien lo dejaba
seco (en realidad, a Clara le llegaba el mínimo estipulado por ley). A Melanie no se le ocurrió jamás mirar los números con detenimiento. Mauro estaba
fascinado porque su imagen de hombre pulcro y familiar le daba réditos. Fue por
más. Tuvieron un hijo, luego una hija. Él se ausentaba demasiado para un hombre
con dos niños pequeños y cuando ella le reclamaba tímidamente, él no le dirigía
la palabra por días. Melanie finalmente le pedía perdón. Él la premiaba con
buen sexo y algunas salidas por unas pocas semanas y comenzaba la rueda.
El tiempo pasó. Mauro, buscando nuevas aventuras, comenzó a asistir a fiestas sexuales grupales que otros ejecutivos organizaban. Melanie no sospechaba en absoluto. No le pareció raro haber contraído una enfermedad de transmisión sexual. Pensó que podría haberse contagiado en la piscina, había leído en internet que eso era posible. Tampoco parecía darse cuenta del consumo de cocaína de Mauro. Estaba acelerado por tanto trabajo. Los fines de semana los reservaba para ella. Salvo en alguna oportunidad en la que la amante de turno le interesaba lo suficiente como para inventar un viaje de negocios, durante la semana Mauro “trabajaba” hasta 16 horas seguidas pero los sábados y domingos se quedaba en casa y decía que no quería salir porque estaba cansado. Veían televisión y recibían a la familia. Aburrida Melanie comenzó a organizar pequeños eventos para las amigas (baby-showers, bautismos, etc). Era buena y la comenzaron a contratar. Mauro se mostraba encantador con las mamás del colegio que pedían asistencia con los eventos. Nadie sospechaba. Cada tanto Melanie recibía anónimos de amantes que querían advertirle pero él le decía que eran colegas que lo envidiaban o que lo buscaban pero que estaban ofendidas porque él se había negado a tener un amorío con ellas. Melanie no solo se dejaba convencer sino que se esforzaba más para “luchar” por su hombre contra “todas esas descaradas” que querían arruinarle su matrimonio. Subía fotos en las redes sociales y anunciaba lo feliz que era pensando que realmente esas mujeres lo querían a él. La mayoría solo había intentado advertirle movidas por el dolor.
El tiempo pasó. Mauro, buscando nuevas aventuras, comenzó a asistir a fiestas sexuales grupales que otros ejecutivos organizaban. Melanie no sospechaba en absoluto. No le pareció raro haber contraído una enfermedad de transmisión sexual. Pensó que podría haberse contagiado en la piscina, había leído en internet que eso era posible. Tampoco parecía darse cuenta del consumo de cocaína de Mauro. Estaba acelerado por tanto trabajo. Los fines de semana los reservaba para ella. Salvo en alguna oportunidad en la que la amante de turno le interesaba lo suficiente como para inventar un viaje de negocios, durante la semana Mauro “trabajaba” hasta 16 horas seguidas pero los sábados y domingos se quedaba en casa y decía que no quería salir porque estaba cansado. Veían televisión y recibían a la familia. Aburrida Melanie comenzó a organizar pequeños eventos para las amigas (baby-showers, bautismos, etc). Era buena y la comenzaron a contratar. Mauro se mostraba encantador con las mamás del colegio que pedían asistencia con los eventos. Nadie sospechaba. Cada tanto Melanie recibía anónimos de amantes que querían advertirle pero él le decía que eran colegas que lo envidiaban o que lo buscaban pero que estaban ofendidas porque él se había negado a tener un amorío con ellas. Melanie no solo se dejaba convencer sino que se esforzaba más para “luchar” por su hombre contra “todas esas descaradas” que querían arruinarle su matrimonio. Subía fotos en las redes sociales y anunciaba lo feliz que era pensando que realmente esas mujeres lo querían a él. La mayoría solo había intentado advertirle movidas por el dolor.
Pero Mauro, como todo psicópata, se creyó más inteligente y
más impune de lo que en realidad era. Con una de sus empleadas tuvo un affaire
importante pero ella descubrió que estaba con tres más en la oficina. Mauro la
devaluó hasta que ella consiguió otro trabajo para preservar su salud mental.
Lo que no supuso es que la muchacha antes de irse entregó a la empresa la
dirección alternativa de correo electrónico de Mauro (donde el guardaba los
correos de sus amantes) y un detalle de los hechos padecidos. Mauro estaba
convencido de que las empresas solo controlaban los correos corporativos, no
entendía que las compañías colocan programas fantasmas que “guardan” las
contraseñas de cualquier cuenta (Facebook, twitter, correo personal) a la que
se haya accedido desde cualquier máquina de la oficina (sí, sabemos, este tipo
de espionaje es ilegal pero es práctica común en todos los organismos del
estado y en empresas grandes) Un día fue convocado por los directivos que le
comunicaron que tanto él como otras tres mujeres de la empresa estaban
despedidos sin derecho a indemnización por la gravedad de lo encontrado. (Nota:
si tienes una relación en la oficina presta atención a lo que te acabamos de
decir. Esas otras tres empleadas se quedaron sin trabajo y descubrieron que su
amante era en realidad un monstruo todo al mismo tiempo. No querríamos estar en
sus zapatos. Ten cuidado).
Increíblemente, Mauro logró convencer a Melanie de que fue
él quien renunció de un día para otro por estrés. Los pocos ahorros que Melanie
había juntado con sus fiestas infantiles, fueron para cubrir todos los gastos
de la casa. En unos meses Mauro consiguió empleo. No ganaba tanto como en la
multinacional pero le alcanzaba para sus gustos y estaba en un nuevo entorno,
lleno de mujeres a las que embaucar. A esta altura algunos de los amigos y
familiares de Melanie sospechaban. Clara, su ex mujer hizo una breve
investigación y se enteró del escandaloso despido del padre de su hija. Lejos
de tratar de advertirle a Melanie, se dedicó a mandarle cosas para los
hermanitos de su hija a través de ella y a rezar para que alguna vez ella se diera
cuenta del abuso. Esto por el momento no ocurrió. Melanie sigue con Mauro. Sus
hijos viven limitados. Él sigue divirtiéndose y dejando a mujeres arruinadas
por detrás. El grueso de las personas que los conocen superficialmente no ven
las cosas con claridad. Los más cercanos sí y sufren profundamente. ¿Qué harías
tú si fueras familiar de Melanie?
Si alguien de tu entorno está ciego y a merced de un
narcisista o psicópata trata de tomar una postura equilibrada e inteligente. Sí
tratas de abrirle los ojos a la fuerza, abrumándola con todas las evidencias
juntas, ella/él le contará a su pareja quien inventará una serie de excusas y
hará todo lo posible para que deje de verte haciéndote pasar por loca alucinada.
Piensa que si quedas fuera de la vida de tu pariente ya no podrás ayudarlo/a.
Si por el contrario, le dices a todo que sí y no le cuentas nada de lo que
sabes, estás siendo funcional al psicópata. Lo mejor es hacerle notar ciertas
conductas al pasar, darle a leer notas en donde se describen relaciones
tóxicas, resaltar las virtudes de las parejas sanas, impulsarla/o a tener sus
propios espacios y su propio dinero y hacerle saber que si alguna vez se decide
a dejarlo/a, tú estarás allí para darle toda la contención emocional que necesita
como así también un techo y algo de dinero si fuera necesario. Las demás
personas de su entorno deberían intentar lo mismo. Muchas voces que logren contrarrestar
la voz todopoderosa del psicópata en su cabeza.
A que se deberá que todos los psicópatas narcisistas actuen de la misma manera?... Apuesto a que más de una nos identificamos con éste caso
ResponderEliminarEs increíble que sus comportamientos para dañar sean los mismos. Es que han de ser muy efectivos a la hora de someter y lastimar a los demás. En el fondo necesitan descargar todo ese vacío emocional, toda esa oscuridad en los demás. Y haciéndolo de forma encubierta es más cruel, infinitamente más cruel porque cuando la víctima lo descubra (sea ésta un hijo, pareja o colega) sufrirá el abuso adicional de no ser creído por el entorno.
ResponderEliminarLa vida es buena cuando tiene sus seres queridos a su alrededor, estoy diciendo esto porque cuando tuve problemas con mi amante nunca visto la vida como algo bueno pero gracias al Dr. AGBAZARA de AGBAZARA TEMPLO, por ayudarme a lanzar un hechizo que traído a mi amante de nuevo a mí en el plazo de 48 horas. Mi marido me dejó por otra mujer después de 7 años de matrimonio, pero Dr.AGBAZARA ayúdame a un hechizo que lo trajo de nuevo a mí dentro de 48 horas. No voy a decirte más detalles acerca de mí mismo y no sólo voy a aconsejar a aquellos que están teniendo problemas en relación existe o matrimonios en contactar Dr.AGBAZARA TEMPLO través de estos detalles a través de;
ResponderEliminar(agbazara@gmail.com) o llamarlo por (+2348104102662).
El narcisismo es el rasgo primordial del histérico
ResponderEliminarCada vez es más frecuente que los hombres tomen la iniciativa en relaciones y luego desaparezcan o esquiven a la persona que parecía ser el objeto de sus deseos. Esto deja desconcertadas a muchas mujeres que se ven obligadas a tomar nuevos roles en las relaciones interpersonales. Los hombres histéricos avanzan, valiéndose de una gran capacidad de seducción que “ciega” a muchas mujeres. Ellas son deslumbradas, pero sus esperanzas se desvanecen, porque el deseo de ellos se queda solamente en eso: impactar a la vista sin concretar nada. El desafío por delante para las mujeres parece ser comenzar a relacionar con este nuevo tipo de hombres, conociendo cuáles pueden ser los riesgos, o sencillamente evitando el deslumbramiento. Estos cambios también se reflejan en las relaciones: la mujer, al cambiar, produjo una modificación en el varón, ya que ahora ella avanza en la conquista y él la histeriquea. Este tipo de hombre que desafía a las mujeres con sus actitudes tiene una exacerbada expresión social. Muestra todo un despliegue teatral; deseando ser el centro de la atención y de las miradas de los demás. Además, se muestran obsesionados por seducir. la seducción no sólo está dirigida a las mujeres, sino también hacia otros varones. La frivolidad en las relaciones, la elocuencia y la insinuación son también rasgos característicos. Desde la perspectiva psicológica la estructura de las personas histéricas tiene como centro la seducción y la castración. Lo que moviliza a la histeria no es el acto mismo, es el proceso del acto. No es la consumación de un acto sexual, sino la incitación a él, es generar el proceso de seducción y tener la posibilidad de concretarlo. El origen de esta personalidad, obedece a “una compleja trama inconsciente” cuyo origen se relaciona a vivencias infantiles de carácter sexual. La histeria masculina presenta un fuerte sentimiento de angustia”, y estos hombres en las relaciones interpersonales se muestran desconsiderados, hipócritas, manipuladores, dependientes, y con dificultades y disfunciones sexuales.
Son histericos y manipuladores.
EliminarEs más que evidente que habrá perfiles que por su experiencia de niños o circunstancias personales muy concretas sean más fácilmente manipulables y atraídas por perversos.Eso no justifica la maldad como bien dice el post.Es vital reconocer la dependencia emocional y tratarla con un profesional si se repiten este tipo de relaciones en la vida.Algo falla y a veces no es más que quererse a uno mismo en vez de adorar a los que dan migajas de afecto aunque obviamente hasta el más "fuerte" puede caer en las redes de alguien que manipula desde toda una vida.Un saludo y mucha fuerza a todos/as.
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