La máscara de cordura que no logramos ver como sociedad.
Imagina - si puedes - no tener una conciencia, ninguna en
absoluto, ningún sentimiento de culpa o de remordimiento, sin importar lo que
hagas, ningún sentido de preocupación por el bienestar de gente ajena, amigos, o
hasta miembros de su familia, que pueda limitarte. Imagina no vivir ninguna
lucha contra la vergüenza, ni siquiera una en toda su vida, sin importar qué
clase de acción egoísta, perezosa, dañina o inmoral hayas realizado.
Ahora agrega a esta fantasía extraña la capacidad de
esconderle a la gente que tu psicología es radicalmente diferente a la suya.
Puesto que todos asumen simplemente que la conciencia es universal entre seres
humanos, ocultar el hecho de que tu no tienes conciencia no necesitas casi
ningún esfuerzo de tu parte.
No eres frenado de ninguno de tus deseos por culpabilidad o
vergüenza, y otros nunca te enfrentan por tu sangre fría. El agua congelada en tus venas les es tan extraña, tan totalmente fuera de su experiencia personal,
que raramente llegan a conjeturar siquiera sobre tu condición.
Loco y espantoso - y verdadero, en aproximadamente un 4 por
ciento de la población...
La gran incidencia de la sociopatía en la sociedad tiene un
efecto profundo en el resto de nosotros, quienes también debemos vivir en este
planeta, e incluso para los que no hemos sufrido trastornos clínicos. Los
individuos que constituyen este 4 por ciento agotan nuestras relaciones,
nuestras realizaciones, nuestra autoestima, nuestra mismísima paz en la tierra.
Sin embargo, sorprendentemente, mucha gente no sabe nada
sobre este desorden, o si lo hacen, sólo piensan en términos de psicopatía
violenta, gente que visiblemente ha quebrantado la ley muchas veces
consecutivas, y que, si son detenidos, serán encarcelados.
No estamos comúnmente enterados, y por lo general tampoco
identificamos a la gran cantidad de sociópatas no violentos que se encuentran
entre nosotros, gente que a menudo no son infractores descarados, y contra
quienes nuestro sistema jurídico oficial proporciona poca defensa.
Lo que distingue a toda esta gente del resto de nosotros es
un agujero completamente vacío en la psique, en donde deberían estar las
funciones de humanización más desarrolladas. [Martha Stout, Ph.D., The
Sociopath Next Door (El Vecino Psicópata)] (altamente recomendado).
Para aquellos entre ustedes que estén buscando entender la
psicopatía, el libro de Hervey Cleckley (The Mask of Sanity – La Máscara de la
Cordura), es el estudio absolutamente imprescindible del psicópata que no entra
necesariamente dentro del tipo criminal
La hipótesis seminal de Cleckley en lo que se refiere al
psicópata es que sufre, de hecho, de una verdadera enfermedad mental: un
déficit afectivo profundo e incurable. Si realmente llega a sentir algo, son
solamente emociones de las menos profundas. Él hace cosas extrañas y
autodestructivas porque las consecuencias que llenarían al hombre normal de
pena, de odio a sí mismo, y de vergüenza simplemente no afectan en lo más mínimo
al psicópata. Lo que para otros sería un desastre, para él no es más que un
inconveniente pasajero.
Un aspecto muy interesante del psicópata es su “vida oculta”
que a veces no está tan bien oculta. Pareciera que el psicópata tiene una
necesidad regular de tomarse “unas vacaciones dentro de la inmundicia y la
degradación" de la misma manera que la gente normal puede necesitar unas
vacaciones en un complejo turístico en donde pueda disfrutar de alrededores y
una cultura magníficos. Para lograr hacerse una mejor idea de esta
"necesidad extraña" del psicópata - una necesidad que parece ser una
prueba de que el "actuar humanamente" es muy estresante para el
psicópata - puedes leer más de La Máscara de la Cordura, capítulos 25 y 26.
También lee las especulaciones de Cleckley sobre lo que de
verdad “era realmente anormal” en esta gente. Llega a estar muy cerca de
sugerir que son humanos en todos sus aspectos – salvo en el hecho de que
carecen de alma.
Siendo máquinas muy eficientes, como una computadora, son
capaces de ejecutar rutinas muy complejas diseñadas para obtener de otras
personas apoyo para lo que desean. De esta manera, muchos psicópatas son
capaces de alcanzar posiciones muy altas en la vida. Es solamente al cabo de un
cierto plazo que sus socios se dan cuenta del hecho de que su subida en la
escalera del éxito está basada en la violación de los derechos ajenos.
"Hasta cuando son diferentes de los derechos de sus socios, son capaces a
menudo de inspirar esperanza y confianza”.
El psicópata no reconoce ningún defecto en su psique, ninguna necesidad de cambiar.
Nuestro mundo parece haber sido invadido por individuos para
quienes la visión de la vida y del amor es tan drásticamente diferente de lo
establecido por la norma hace mucho tiempo que estamos mal preparados para
tratar con sus tácticas de lo que Roberto Canup llama la "mentira verosímil.”
Como él lo demuestra, esta filosofía de la "mentira verosímil" ha
alcanzado los sectores legal y administrativo de nuestro mundo, convirtiéndolos
en máquinas dentro de las cuales los seres humanos con emociones verdaderas son
destruidos.
Los seres humanos han sido acostumbrados a asumir que otros
seres humanos - por lo menos - están intentando "hacer el bien" y
"ser buenos" y justos y honestos. Y por eso, muy a menudo no nos
tomamos el tiempo necesario de hacer una investigación profunda para determinar
si una persona que ha entrado en nuestras vidas es, de verdad, una "buena
persona."
Imaginemos que en una pelea, un lado es inocente, honesto, y
dice la verdad. Es obvio que mentir no
le aporta ningún beneficio a una persona inocente; ¿qué mentira puede decir? Si
es inocente, la única mentira que puede decir es confesar falsamente "Fui
yo quien lo hizo." En cambio, la mentira no es más que buena para el
mentiroso. Él puede declarar ese "Yo no lo hice," y acusar a otro de
haberlo hecho, al mismo instante que la persona inocente a quien ha acusado
está diciendo “Yo no lo hice,” y está realmente diciendo la verdad.
La verdad – cuando está bien distorsionada por buenos
mentirosos, siempre puede hacer que una persona inocente parezca mala –
especialmente si el inocente es honesto y admite sus errores.
La suposición básica de que la verdad se encuentra entre el
testimonio de las dos partes siempre se torna en ventaja hacia el que miente y
en contra del que dice la verdad. Bajo la mayoría de las circunstancias, esta
desviación sumada al hecho de que la verdad también va a ser deformada de tal
manera a perjudicar a la persona inocente, resulta en que la ventaja siempre
queda en manos de mentirosos - psicópatas. Hasta el simple acto de hacer una
declaración bajo juramento es inútil. Si alguien es mentiroso, hacer un
juramento no significa nada para esa persona. Sin embargo, hacer un juramento
actúa fuertemente en un testigo serio, veraz. Una vez más la ventaja va para ellos.
Pueden tambien imitar sentimientos, pero los únicos
verdaderos sentimientos que parecen tener – eso que los conduce y los hace
fingir diversos dramas para causar efecto - son una especie de "hambre
predatoria", de lo que desean. Es decir, "sienten" la necesidad/el
deseo como amor, y el no ser satisfechos en sus necesidades/deseos es descrito
por ellos como el "no ser amados". Además, esta perspectiva de
"necesidad/deseo" determina que solamente el "hambre" del
psicópata es válida, y cualquier cosa que esté "allí afuera," todo lo
que está fuera del psicópata, no es verdadero, excepto en tanto tenga la
capacidad de ser asimilado por el psicópata como una clase de
"alimento". "¿Puede ser utilizado o proporcionar algo?" es
la única preocupación que el psicópata parece tener. Todo el resto - toda
actividad – está subsumido en esta tendencia.
En pocas palabras, el psicópata - y el narcisista en un
menor grado - es un depredador. Si pensamos en la interacción entre los
depredadores y sus presas en el reino animal, podemos llegar a tener una cierta
idea de lo que se esconde detrás de la "máscara de la cordura" del
psicópata. Del mismo modo que un animal depredador adoptará toda clase de
funciones furtivas posibles para acechar a su presa, sacarla fuera de la
manada, acercársele y disminuir su resistencia, el psicópata construye todo
tipo de camuflaje elaborado compuesto de palabras y apariencias - mentiras y manipulación - para
"asimilar" a su presa.
Esto nos conduce a una pregunta importante: ¿qué es lo que
el psicópata REALMENTE obtiene de sus víctimas? Es fácil ver lo que buscan
cuando mienten y manipulan por dinero, bienes materiales o poder. Pero en
muchos casos, tales como en las relaciones amorosas o en las falsas amistades,
no es tan fácil ver lo que el psicópata está buscando. Sin desviarnos demasiado
en especulaciones espirituales - un problema que Cleckley también confrontó -
podemos decir solamente que pareciera ser que el psicópata GOZA de hacer sufrir
a otros. Del mismo modo que los seres humanos normales disfrutan de ver a otra
gente feliz, o de hacer cosas que hagan reír a otros, el psicópata disfruta de
todo lo contrario.
Que diferencia hay entre psicópatas y narcisitas?
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